Detener el tiempo.
De una tortuga admiramos su longevidad y su paso lento. Por ello, cuando el estudio Nadadora aceptó el reto de proyectar un sillón que se convirtiera en una merecida recompensa, en un objeto con el soñamos de camino a casa, no dudó en inspirarse en este singular animal.
La propuesta parte de un caparazón que nos abraza sin miedo al qué dirán, donde dar rienda suelta al mundo de las letras o al de los sueños… Su simpleza formal conecta y continúa con la filosofía tranquila del estudio, si bien, la profusión de los textiles seleccionados lo traslada a una dimensión mucho más exuberante.
Tortuga viene con el hogar a cuestas, por ello, como no podía ser de otro modo, es un sillón recogido, cálido, confortable, mullido, suave y además, ¡es giratorio! Sin duda, toda una declaración de intenciones para la auto-relajación, un verdadero slow-lounge-chair.
La colección se completa con la versión butaca giratoria, además de los pufs y mesitas.