Santa-Cruz Arquitectura proyecta una vivienda bioclimática en la que naturaleza se adentra en un espacio industrial.
Ya en los tiempos antiguos, griegos, romanos y egipcios introdujeron conceptos que hoy estamos recuperando para una arquitectura más sostenible y eficiente. Aprovechar los recursos naturales como el sol y la vegetación del entorno, así como su clima y topografía se integran en las nuevas construcciones que buscan el confort y bienestar de sus habitantes.
El diseño de Casa Peinada por Santa-Cruz Arquitectura es una propuesta conceptual en la que la arquitectura abraza los entornos naturales con sencillez, aprovechando las características ambientales del lugar. Así pues, la luz es natural por su orientación y se aprovecha gracias a los grandes ventanales; la ventilación hace uso de las corrientes con un sistema de renovación de aire de doble flujo; la temperatura se autorregula gracias al aislamiento térmico y la radiación solar. Todas estas estrategias garantizan la eficiencia energética y el mínimo consumo de recursos.
Estas respuestas arquitectónicas, además de adaptarse al clima mediterráneo, se inspiran en su componente estético seleccionando acabados y materiales locales como madera natural, barro cocido o baldosines hidráulicos recuperados.
La planta principal es diáfana y luminosa, acogiendo e integrando el salón, la zona de comedor y la cocina en una única estancia, pero diferenciando los espacios con el uso del mobiliario.
Dos composiciones de Duo Mini dan la bienvenida a la familia e invitados. Sus formas sencillas y minimalistas son muy acogedoras. El color verde del textil Sisu de Kvadrat crea una coherencia cromática con el espacio pues es este color el seleccionado para la carpintería metálica.
La zona de la cocina es muy funcional para ser usada por la familia en distintos momentos del día. El estudio tiene en mente crear un espacio acogedor y natural. La isla se complementa con dos taburetes Totem con asiento tapizado, de nuevo con acabados en blanco.
El office se completa con una pequeña área en la que de nuevo se ha seleccionado una mesa Tortuga, esta vez con sobre redondo y acabado natural, y con tres sillas Body cada una distinta, pues se combinan colores (Alpino y Piscina) y tipos de pata (madera y metal).
En la planta inferior encontramos una zona familiar más íntima a la que se accede a través de la escalera.
Una vez abajo, nos encontramos con jardín interior en el centro de la vivienda que ayuda a su vez a purificar el aire. También encontramos un pequeño rincón para relajarse en la intimidad con Tonella Maxi y Faces. Ambas piezas apuestan por colores inspirados por la naturaleza.
Además, se encuentra un pequeño salón para un uso más privado. Una composición modular con chaise del modelo Momic preside esta zona sobre una “alfombra” de baldosas hidráulicas, tan características de la zona y que han sido recuperadas. Ambas recuperan estéticas del pasado para amueblar espacios contemporáneos.
Este salón se completa con la mesa Vesper, inspirada en las piedras de cantos redondeados que se pueden encontrar en la orilla de un río. De nuevo vemos una Tonella Maxi, tapizada con suaves colores lila.
Por último, visitamos el pequeño home office para el que se ha elegido un escritorio Nudo, una silla con ruedas Body y un pequeño sillón Duo. El color lavanda es delicado y sirve de estímulo al intelecto y al espíritu. Su uso en el mobiliario aporta frescura, sutil elegancia y luminosidad en este pequeño estudio para llevar tareas creativas o de alta concentración.
Santa-Cruz Arquitectura ha creado una atmósfera amable que contrasta y dialoga con el aspecto industrial de estas infraestructuras bioclimáticas. Un pequeño refugio para la familia que respeta la biodiversidad y se integra con el entorno natural de su localización.
Lo natural e industrial exploran su relación a través de la arquitectura, investigando cómo los nuevos materiales pueden fomentar la sostenibilidad en el entorno construido.
Proyecto de Santa-Cruz Arquitectura.
Fotografías de David Frutos.
